Supongo que éramos muchos los que esperábamos las declaraciones del secretario general del PSE, Patxi López, sobre los últimos acontecimientos en relación con el asunto ETA-Batasuna. Leída su entrevista en este periódico, cada vez estoy más convencido de que este hombre es un 'gran marxista', porque, como muy bien decía Groucho, 'más vale estar callado y parecer tonto, que hablar y evidenciarlo'. Cada vez parece más equidistante este secretario general y ya tenemos muchos así: Madrazo, Arzalluz, Ibarretxe,...
Con su coherencia y firmeza en este asunto se lo están poniendo difícil sus compañeros del resto de España a Patxi López. Él, que cogió el carguito para reconducir al partido (y volver a gobernar con los nacionalistas, claro), se está quedando sin discurso y eso sí, en la equidistancia, que parece hoy lo más rentable.
Por otro lado, escucho a Anasagasti clamar por volver al espíritu de la Mesa de Ajuria Enea: 'Eso estaría hoy muy bien', dice. Otro nuevo 'marxista' para la causa. Se va de viaje con ETA a Lizarra, dejando la Mesa sin recoger y los platos sin fregar, y cuando riñe con sus compañeros de excursión le parece que no estaría mal volver a comer con todos los demás. Pues no. Los de esa mesa ya han tomado el postre y el café y han recogido los platos. Ya no vale, ya sabemos todos dónde está cada uno y a dónde quiere llegar.
Señores López y Anasagasti: no pretendan ustedes hacer buena aquella otra máxima 'marxista': 'La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después un remedio equivocado. Perdonen que no me levante.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de septiembre de 2002