El juez decretó ayer prisión para una mujer de origen chino acusada de dejar morir a su bebé recién nacido en Barcelona. La decisión judicial, que será recurrida por la defensa, se ha adoptado debido a la "gravedad del delito de homicidio". La mujer, Chen S., de 24 años, declaró al juez que quería a la criatura y que su muerte fue un accidente ocurrido al intentar traerlo al mundo ella sola en el lavabo de su casa. Junto a la madre fue detenido Dingxin N., de 23 años, un amigo de la mujer que estaba realquilado en una habitación de la vivienda de la acusada y que la ayudó a trasladarse al hospital tras el accidentado parto en el lavabo de la vivienda.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de septiembre de 2002