Al leer la carta que Ramón Espuny publicó en EL PAÍS el pasado día 29 de agosto me he animado a sumarme al merecido homenaje al profesor González Encinar. También yo conocí a González Encinar en las páginas de EL PAÍS con ocasión de su artículo Rebelión..., pero en Praga, que me sirvió de punto de partida para otro que publiqué en El Viejo Topo con el título 'Derechos de información, televisión y democracia'.
A los pocos meses tuve la ocasión de conocerle personalmente en una comida que hubo en RTVE organizada por una plataforma de apoyo a la televisión pública. En ese acto escuchamos todos sus sabias y comprometidas palabras. Me acerqué después a saludarle y le comenté lo que me había gustado su artículo y cómo me había servido para arranque del mío. Me agradeció lo que le dije y me pidió que le enviara mi artículo, lo que hice enseguida. A los pocos días recibí su excelente libro Derecho de la comunicación, realizado con la colaboración de las profesoras María Salvador, Yolanda Fernández y Mónica Arenas. Con el libro venía una tarjeta con unas amabilísimas palabras suyas. Esto se produjo en un periodo de tiempo bastante corto. Lo que me sorprendió fue recibir bastante después una segunda edición actualizada del libro, cuando en realidad no me conocía de nada, salvo lo relatado.
Por entonces yo era tan sólo un profesor asociado en la Uni-versidad Complutense, sin ningún cargo. Sólo quiero manifes
tar la honda huella que dejó en mí su calidad humana y su competencia profesional.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de septiembre de 2002