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PREMIOS PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LA CONCORDIA

Una orquesta por la paz

La idea de West Eastern Divan, donde tocan músicos árabes y judíos, nació durante un festival de Bayreuth, cuando Barenboim fue abordado por Bernd Kauffmann, uno de los responsables de la programación de Weimar como capital europea de la cultura en 1999. La ciudad alemana no sólo albergó a Goethe y a muchos otros intelectuales, también queda a tiro de piedra del antiguo campo de concentración Buchenwald. 'Si usted me consigue jóvenes músicos árabes e israelíes justamente en este lugar que significa tanto para la cultura, y sobre el cual planea también esta pesada nube del nazismo, entonces moveré tierra y cielo para venir', recordó Barenboim ayer. 'La verdad es que ni él ni yo lo creímos posible. Ya se imaginarán nuestra sorpresa cuando recibimos más de 200 solicitudes. Ahí estaba la orquesta formada'. Desde entonces, la West Eastern Divan se ha reunido en cuatro ocasiones: dos veces en Weimar, una en Chicago y otra en Sevilla.

'El taller tiene que estar fuera del Medio Oriente, para que todos sean iguales, como sucedió en Andalucía. Hoy día, en Oriente Medio se habla de tolerancia. Creo que ésta no es la palabra justa, porque tolerar a alguien quiere decir que se le tolera a pesar de. Lo que hace falta es igualdad. Y esa igualdad es la que nos da la música: ante la Quinta sinfonía de Beethoven todos somos iguales, seamos israelíes, palestinos, árabes, cristianos o judíos'.

El músico rechazó tajantemente la idea de seleccionar por igual obras israelíes y árabes en el repertorio. 'Quiero quitar a este proyecto toda la demagogia posible. Para estar hay que reunir dos condiciones: la primera, poder hacer música a un nivel alto; la segunda, estar convencido, como lo estoy yo, de que no hay solución militar para el conflicto'.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 5 de septiembre de 2002