El primer ministro israelí, Ariel Sharon, dijo ayer que por primera vez desde que asumió el Gobierno ve viable la posibilidad de llegar a un acuerdo con los palestinos, una vez que éstos han visto que no alcanzarán nada a través del terrorismo. Por otro lado, Israel ejecutó la sentencia del Tribunal Supremo y deportó a la franja de Gaza desde Cisjordania a los dos palestinos acusados de complicidad con las actividades terroristas de su hermano.
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En una entrevista emitida por el Canal 2 de televisión, Sharon se manifestó optimista respecto a la posibilidad de alcanzar un acuerdo con los palestinos. "Ahora, por primera vez, veo una oportunidad de llegar a un acuerdo diplomático", declaró. "No será fácil, pero la oportunidad está ahí", añadió, consciente de su repunte en las encuestas de opinión después de más de un mes sin que se produzcan atentados terroristas.
"Los palestinos han llegado a la conclusión de que no van a alcanzar nada mediante el terrorismo", concluyó Sharon, que además admitió haber hablado recientemente con algún dirigente palestino, que no llegó a nombrar, y se mostró dispuesto a reunirse en breve, tal como le había solicitado públicamente el titular de Exteriores, Simón Peres.
Asimismo, declaró no estar interesado en adelantar las elecciones generales, pero confesó que si éstas han de producirse, confía en "doblar el número de escaños" que tiene en estos momentos el partido nacionalista Likud. En cuanto a la eventualidad de un ataque estadounidense contra Irak, señaló que apoya "completamente cualquier decisión norteamericana que suponga una continuación de la guerra contra el terrorismo, en este caso el que suponen las armas de destrucción masiva", dando a entender lo que es un secreto a voces: que Israel desea que la ofensiva contra Irak se produzca sin mayor dilación.
Por otra parte, los hermanos de Alí al Ayuri, el presunto terrorista que orquestara un doble atentado suicida el pasado mes de julio en el centro de Tel Aviv, fueron conducidos a primera hora de la mañana desde dos prisiones diferentes a la base militar de Beit El, cercana a Ramala. Allí dispusieron de una efímera hora para despedirse de sus seres queridos, a los que no volverán a ver al menos durante los próximos dos años.
Dada la negativa expresada por la Autoridad Nacional Palestina para aceptar su entrada en la franja de Gaza, las fuerzas de seguridad israelíes optaron por utilizar el acceso del asentamiento de Netzarim en vez del paso fronterizo de Erez, donde la policía palestina tenía orden de impedirles el paso.
Una de las abogadas que les representó, Dalia Kirstein, señaló que "los dejaron en un lugar en medio de ninguna parte, por lo que inicialmente tuvimos miedo por ellos".
Desde Nueva York, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, acusó a Israel de violar el derecho internacional por realizar las expulsiones. También criticó la actuación del Ejército israelí por las recientes muertes de palestinos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 5 de septiembre de 2002