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Un tribunal francés niega a un médico el derecho a congelar los cadáveres de sus padres

El Tribunal Administrativo de Nantes (oeste de Francia) declaró ayer contraria a la ley la congelación de cadáveres, al rechazar la demanda interpuesta por el hijo de una pareja para mantener en ese estado los cuerpos de sus padres. El tribunal indicó que la criogénesis no aparece recogida en la ley, que sólo cita las posibilidades de inhumar o incinerar un cadáver.

Los abogados del demandante anunciaron que apelarán la decisión judicial y, si es necesario, llegarán hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Rémy Martinot había pedido al Tribunal Administrativo de Nantes que le permitiera mantener congelados en la cripta del castillo de Nueil-sur-Layon los cuerpos de su madre, y de su padre.

Convencido de que un cuerpo conservado a una temperatura constante de 60 grados puede ser devuelto a la vida, en 1984, Raymond Martinot congeló a su esposa, Monique, fallecida ese año, e inscribió en los muros de la cripta del castillo el protocolo para poder reanimar a su mujer y su deseo de ser congelado cuando muriera.

Cuando en febrero Martinot falleció, su hijo le inyectó un anticoagulante antes de trasladar sus restos al castillo y depositarlos en un refrigerador junto a los de Monique, para respetar la última voluntad de su padre.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de septiembre de 2002