'El 11-S estaba en mi despacho en Estrasburgo y pude ver en directo lo absurdo de la tragedia, de vidas humanas y de terror. El mundo ha cambiado en algunas cosas sustanciales. Se ha creado un espíritu de seguridad ante todo, de miedo al terrorismo y, en vez de luchar contra eso con nuestros métodos democráticos, hay una deriva de restricción de libertades públicas. Algunos países utilizan métodos inaceptables, como en Guantánamo. Esta reacción tan dura se ve al enfocar la inmigración. Se les llama ilegales cuando no han cometido ningún delito más que tener hambre y escapar de la guerra. Se aprovecha la lucha contra la inseguridad para vulnerar los derechos de los inmigrantes. Lo que han querido destruir los terroristas es nuestro modelo democrático y nuestro triunfo debe ser no ceder. Veo el futuro difícil. Tenemos que luchar contra el terrorismo, pero con las armas que tenemos los demócratas, y hay que transmitir a la sociedad que esto es posible'.
Álvaro Gil-Robles es comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de septiembre de 2002