No veo por la web, edición del 6 de septiembre de 2002, ninguna mención sobre la boda de Ana Aznar y Alejandro Agag.
Para haberlo convertido en asunto de Estado, es paradójico que ahora la web del partido del Estado no diga ni mu.
Espero que dé cumplida cuenta de los gastos ocasionados por dicho acontecimiento, puesto que a mí también me gustaría poder un día casar a mi hija con todo el boato de la boda de anteayer. Así sabré con qué presupuesto puedo contar.
Por otro lado, me preocupa que el señor José María Aznar no tenga amigos en el resto de formaciones políticas, o, por lo menos, ninguno parece haber sido invitado. ¿Estará enfadado con ellos?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de septiembre de 2002