Los técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) recibieron ayer nuevas presiones sobre su dictamen -que se espera para finales de la semana que viene- acerca de la posibilidad de que la central de Zorita (Guadalajara) continúe funcionando. La compañía propietaria de la nuclear, Unión Fenosa, afirmó ayer que la 'vida de diseño' de la planta, que se conectó a la red en 1968, es de 'al menos 40 años', por lo que le quedan seis de funcionamiento. Un comunicado de la empresa afirma que la eléctrica ha invertido 15 millones de euros en cumplir con los requisitos que le impuso el CSN cuando le concedió una prórroga de tres años en 1999.
También el secretario de Economía del PP, Vicente Martínez-Pujalte, defendió el mantenimiento de la central. 'La seguridad nuclear en España es total', declaró Martínez-Pujalte a Efe. El portavoz popular recordó que el CSN aprobó la última prórroga de la central 'bajo la presidencia del socialista Juan Kindelán'. Martínez-Pujalte además insistió en que el cierre de la central [que está parada actualmente], no podría empezar hasta dentro de tres años, como indica el Plan General de Residuos Radiactivos.
Greenpeace, el PSOE e IU insistieron ayer en exigir el desmantelamiento de la central. La ONG ecologista presentó un informe en el que recoge las 'excepciones de facto' de Zorita a las normativas de seguridad, y acusó al CSN de acultarlos. Muchos de estos fallos se deben al diseño antiguo de la planta, como que la protección del reactor sea de metal en vez de hormigón, o que la central no tenga un sistema automático de parada ni un doble centro de control que permita detenerla desde fuera de sus instalaciones. Además, el reactor tiene un único circuito de refrigeración 'con corrosiones'. Esto es importante porque si se avería no hay un sistema alternativo que permita controlar la temperatura del reactor, y puede producirse una fusión 'como la de Chernóbil', según Greenpeace.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de septiembre de 2002