26 de agosto. 8 horas. Llamo por teléfono a La Fábrica (Centro de la Seguridad Social que me corresponde) No contestan, insisto, comunica, ídem durante hora y cuarto. Voy personalmente al mostrador. Me atienden después de grandes colas. Un señor pide la hoja de reclamaciones. La que da cita se la pide a la que da la receta y ésta otra a un tercero que tiene detrás, pero nadie le da la hoja ni le dicen dónde tiene que recogerla.
Decidimos subir juntos al 'servicio al usuario' y nos encontramos un letrero en la puerta : 'Cerrado hasta el 31 de agosto' Sin comentarios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de septiembre de 2002