La defensa en línea de cuatro, inédita en un partido oficial, de Salgado, Calvo, Marchena y Bravo pasó por el aro del temido debut con cierta soltura ante un equipo sin demasiados recursos, pero con mucha agresividad al amparo de su público. "Las tres incógnitas, los dos centrales y Raúl Bravo, han dado una media muy buena", apuntó el seleccionador, Iñaki Sáez.
"A mí me ha gustado el grupo", agregó Sáez; "ha raseado bien el balón cuando lo tenía que rasear, se ha defendido bien y, aunque hemos perdido algunos balonces, a los griegos les ha costado llegar a puerta con claridad. Eso es lo importante".
García Calvo, suplente en el arranque de la Liga con el Atlético, cumplió junto a Marchena, centrocampista en el Valencia, un cometido áspero al despejar los pelotazos sobre el área de Casillas. "Hemos jugado muy bien", opinó el atlético; "pero a la defensa le ha tocado bailar con la más fea. Era la primera vez que jugábamos juntos, pero hemos suplido la falta de partidos con mucho diálogo en el campo. Si seguimos viniendo a la selección, todo será más fácil. Hoy nos enfrentamos a un equipo duro. Contra esta gente había que estar concentrados durante los 90 minutos o, de lo contrario, te hacían un roto".
Raúl y Valerón participaron en los dos goles de España y también contribuyeron a superar las dudas sobre su concurrencia. "Lo obvio son los goles que marcaron, pero creo que la conexión entre ambos fue positiva", consideró Sáez; "son jugadores titulares en sus clubes y que hoy, con su actitud y juego, demostraron su calidad. Es muy importante poder contar con todos en cualquier momento".
Valerón, en su línea evasiva, eludió el debate sobre su compatibilidad con Raúl no sin antes declararse centrocampista. El media punta del Depor, que reconoció con cautela que ya es "un poquito veterano" en el equipo nacional, comentó que "el campo no estaba bien y no ayudaba a combinar rápido a la gente de arriba".
"No me superpongo a Raúl porque yo no considero que tenga la responsabilidad de ver puerta", apuntó Valerón; "soy un jugador del medio campo que asiste a los delanteros".
Valerón dijo también que en el primer gol tuvo la fortuna de su parte: "He tenido la suerte de intuir a dónde iba el pase de Dabizas". Así, pudo interceptarlo en una acción que el seleccionador de Grecia, el alemán Otto Rehhagel, consideró una auténtica tragedia: "Hemos comenzado bien, pero, tras sólo ocho minutos, cometimos un error que Raúl no perdonó. Fue casi un autogol. No deberíamos haberles hecho este regalo. Fue un gol casi en propia meta que ha cambiado el rumbo del partido de nabera definitiva".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de septiembre de 2002