Pese a la vorágine de los estrenos, entre los que destacaron, el viernes, los de los grupos Yllana, Esteve y Ponce y Wonderbras, la Feria de Teatro en la Calle de Tàrrega también encuentra tiempo y espacio para dedicarlos al recuerdo. Así es como, en la mañana de ayer, se vivió el chupinazo con explosión de confetis y las bombas de humo con los que Comediants inauguraron la plaza que lleva su nombre. Un acto festivo que ha servido para dejar constancia en la piedra de la paternidad de este certamen único. Poco podían sospechar Joan Font y Comediants la que estaban liando en aquel ya lejano 1981. Aquél fue el primer año de una locura callejera que ha ido hinchándose, como el comedor de aire que también se inventaron Comediants, hasta convertir la feria no sólo en una de las fiestas más multitudinarias en nuestro país, sino también en uno de los mayores mercados del teatro europeo. Veintidós años después, parece que ha llegado el tiempo de las conmemoraciones y es así como Tàrrega ha dedicado una de sus nuevas plazas, equipada con gradas de piedra para que en ella pueda hacerse teatro, a Comediants.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de septiembre de 2002