Juan Pablo II advirtió ayer a la comunidad internacional, en vísperas del aniversario del 11-S, de que la lucha contra el terrorismo no puede prescindir de un empeño político, diplomático y económico. 'La comunidad internacional está llamada a hacerse cargo de nuevas y creativas iniciativas políticas, diplomáticas y económicas', dijo el Pontífice durante la presentación de la nueva embajadora británica ante la Santa Sede, Kathryn Frances Colvin. 'Es necesario cambiar las escandalosas situaciones de gran injusticia, opresión y marginación que siguen pesando sobre innumerables miembros de la familia humana', añadió el Papa, quien remarcó que el terrorismo no tiene ninguna justificación, pero precisó que 'no se pueden seguir ignorando las causas más profundas que empujan, especialmente a gente joven, a caer en la tentación de la violencia, el odio y el deseo de venganza a cualquier precio'. El Papa insistió en que 'la historia nos muestra que el reclutamiento de terroristas se efectúa más fácilmente en áreas donde los derechos humanos son pisoteados y donde la injusticia forma parte de la vida cotidiana'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de septiembre de 2002