La ingeniería portuaria le adeuda a Ramón Iribarren (Irún, 1900-1967) su plano del oleaje, la teoría de las corrientes y oscilaciones producidas por las resacas marinas, la formación de playas a partir de la construcción de espigones o el estudio de la incidencia de las olas sobre las obras construidas. Una exposición glosa ahora la estela humana y científica de este genial ingeniero, diseñador de la mayoría de los puertos y playas de Guipúzcoa, y considerado 'el padre de la ingeniería marítima del siglo XX'.
La exposición Iribarren. Ingeniería y mar, comisariada por la historiadora Dolores Romero con el apoyo de un comité científico, se abrió el jueves en el edificio de la Capitanía del puerto deportivo de Hondarribia, donde permanecerá hasta el próximo día 22. La muestra ha sido organizada por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex), dependiente del Ministerio de Fomento, en colaboración con el Departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno vasco.
La exposición recopila planos, fotografías, maquetas y abundante material original, y está dividida en cinco apartados que aúnan 'el atractivo divulgativo y el rigor expositivo', según Romero. En el primero de ellos se repasa todo el trayecto biográfico del ingeniero irundarra y su apego por Guipúzcoa y todo su litoral marítimo. El segundo bloque aborda los numerosos proyectos ideados y ejecutados por Iribarren durante su etapa como director del Grupo de Puertos de Guipúzcoa durante 40 años. En ese tiempo descolló como proyectista de las diferentes tipologías portuarias de Mutriku, Deba, Zumaia, Getaria, Orio, San Sebastián y Hondarribia.
Iribarren encauzó la ría, el dique y el rompeolas de la playa de Deba, diseñó el estrechamiento de la barra de Orio y redactó el estudio para la creación de una playa en el barrio de Gros bordeando la ensenada de La Zurriola. En la bahía de Txingudi diseñó el proyecto de la desembocadura del río Bidasoa, además del espigón adentrado en el mar que permitió construir la playa de Hondarribia. De su ingenio también surgió en 1950 el aeropuerto donostiarra.
El tercer área temática de la muestra reúne el impulso dado a la investigación marítima en España a través de sus lecciones en el Laboratorio de Puertos. Mientras, la cuarta recoge su proyección internacional y prestigio alcanzados desde que en 1938 publicase Una fórmula para el cálculo de los diques de escolleras. Y finalmente, en la quinta se glosan sus trabajos teóricos.
Iribarren, que falleció al incendiarse el coche con el que probaba unos cambios mecánicos en 1967, es hijo adoptivo de Hondarribia, municipio que le ha dedicado un paseo y un busto que se erige junto al espigón, una de sus creaciones de ingeniería.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de septiembre de 2002