Mientras en Suráfrica se celebra la Cumbre de la Tierra, con el deseo de poner freno al grave deterioro ambiental que sufre nuestro planeta; en nuestro país, políticos sin escrúpulos continúan anteponiendo sus oscuros intereses a la protección del medio ambiente. Priego de Córdoba es conocido, además de por su conjunto monumental, por su riqueza natural y paisajística, riquezas que parecen dispuestos a destruir los políticos anacrónicos que gobiernan el Ayuntamiento. Cuando se pretende edificar de manera ilegal, en suelo no urbanizable y en zona inundable de un río, lo correcto es que el Ayuntamiento tome cartas en el asunto e impida tal cúmulo de despropósitos. Pero el Ayuntamiento de Priego, con el señor alcalde y senador socialista, Tomás Delgado, a la cabeza, lo único que se les ocurre es llenar de hormigón el cauce del río, destruyendo los bosques de ribera y privando a los agricultores de un modelo de agricultura tradicional que llevan practicando desde tiempos ancestrales. ¿Que oscuros intereses hay detrás de un proyecto absurdo que nos perjudica a todos y sólo beneficia a un grupo de parcelistas ilegales? Nos opondremos con fuerza a las obras de encauzamiento del río Zagrilla por considerarlas gravemente negativas desde el punto de vista ambiental, económico y social.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de septiembre de 2002