Me entero por la prensa que la Federació de Dones Progressistes (FDPCV) está indignada con el Síndic de Greuges por posibilitar a la asociación de padres de familia separados (APFS) valorar desde las instituciones su situación tras el divorcio. La osadía de estos señores llega hasta para pedir una dirección General similar a la de la Mujer ¡qué se habrán pensado!
Pido perdón, pero viene a mi memoria el calvario moral y ruina económica por la que he visto atravesar a algunos hombres tras haber abandonado contra su voluntad, aunque de mutuo acuerdo, el pack hijos-piso pagado con el esfuerzo de toda una vida. Otras mujeres, también progresistas, sentimos vergüenza de tanto discurso políticamente correcto a la vez que cínico. Son demasiados los sectores que no arriesgan a perder entre su público la etiqueta de 'progres'. Dejémonos de victimismos y valoremos a las personas con independencia no solo de su raza, sino también de su sexo. Lo demás es ejercer oportunismo político aprovechándose de un progresismo y feminismo mal entendidos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de septiembre de 2002