Safiya Hussaini, la nigeriana condenada a lapidada hasta morir por un tribunal islámico de su país, y absuelta gracias a la presión internacional, se convirtió ayer en ciudadana honoraria de Roma. El alcalde, Walter Vetroni, manifestó que la concesión de ciudadanía debe funcionar como un instrumento para que "en todo el mundo se abandone la pena de muerte y se respeten los derechos de las mujeres". Safiya dijo: "Me han dicho que personas de diversos países de Europa me han ayudado. Gracias". Por otra parte, Amnistía Internacional anunció ayer que ha enviado al Gobierno de Nigeria otras 67.000 firmas españolas pidiendo la absolución de Amina Laval, condenada igualmente a lapidación según la sharía (ley islámica). Ya se han reunido casi 700.000 firmas. Para Safiya, se consiguió un millón.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de septiembre de 2002