Can Fabra, otrora una de las fábricas más potentes del distrito de Sant Andreu, ha recorrido el camino de tantas otras zonas de Barcelona: de la industria a los servicios. El edificio, recuperado y remozado, se ha convertido en un centro cultural con abundantes fuentes de documentación audivisuales. El barrio ya ha recuperado el edificio, su visual y su entorno, y está a punto de abrir su puertas a toda la población. La apertura está inicialmente prevista para finales de este mes, sobre el 27 o 28 de septiembre, inmediatamente después de las fiestas de la Mercè. De momento, sin embargo, ya ofrece una perspectiva general imponente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de septiembre de 2002