Las acusaciones de connivencia con Batasuna lanzadas en los últimos días por varios ministros y dirigentes del PP contra Esquerra Republicana (ERC) por la entrevista de su líder, Josep Lluís Carod, con miembros del partido aberzale convirtieron a éste en el protagonista político de la Diada del Onze de Setembre, la fiesta nacional de Cataluña. Ayer, sólo el PP mantuvo la presión sobre ERC exigiendo una rectificación.
En el ambiente de exaltación catalanista en que se desarrollan las manifestaciones y actos políticos de la Diada, Carod recibió numerosos apoyos, mientras los dirigentes del PP seguían con sus críticas por haberse entrevistado hace un año con el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, en un intento de que ETA dejara de atentar en Cataluña.
Carod manifestó que las críticas que ha recibido en los últimos días forman parte de "una campaña de criminalización, con el PP como inductor, a través del aparato de Estado". Sostuvo que la política del PP "amenaza tanto los derechos y los valores democráticos" en España como "las libertades nacionales de Cataluña". Carod pidió a CiU y a los socialistas catalanes que "tengan la valentía democrática de plantar cara a la indignidad del PP y dejen las cosas en su lugar".
Aunque los dirigentes de todos los partidos catalanes creen que Carod cometió un error al pedir a ETA que dejara de atentar en Cataluña, todos consideran que eso no justifica que se equipare a ERC con Batasuna.
El portavoz del PSOE en el Congreso, Jesús Caldera, declaró ayer que "no se debe derivar una identificación de Esquerra con quienes practican el terrorismo" y subrayó que Esquerra "tiene un ideario acorde con la ley que siempre ha defendido por vías pacíficas", aunque él "no lo comparta".
El nuevo hombre fuerte del PP en Cataluña, el ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, que manifestó su voluntad de estar presente en el debate político cotidiano de Cataluña, sostuvo que, tras haberse equivocado "tan gravemente", Carod utiliza "excusas de mal pagador". Luego, en la recepción oficial ofrecida por el presidente del Parlamento catalán, Piqué y Carod se saludaron fríamente.
La tensión se hizo patente en las ofrendas florales ante el monumento a Rafael Casanova, la figura que personaliza la defensa de Barcelona en 1714 ante las tropas borbónicas. Manifestantes nacionalistas radicales abuchearon como cada año a las direcciones del PP y del PSC.
Xirinacs, "amigo de ETA"
Tras una manifestación independentista celebrada en Barcelona, que congregó a unas 5.000 personas, la policía realizó 12 detenciones por romper lunas y quemar contenedores. En Girona hubo incidentes similares al término de una marcha de 3.000 personas, pero no arrestos.
En una celebración de colectivos radicales, el ex senador y ex capellán Lluís Maria Xirinacs se declaró "amigo de ETA y de Batasuna". "Y si eso me cuesta la cárcel no me importa". El que fuera senador en 1977, entonces defensor del pacifismo, agregó que "ETA pone bombas pero avisa, porque lo que no se dice del caso Hipercor es que ETA avisó". Xirinacs comparó a los defensores de Barcelona de 1714 con los etarras: "Lucharon por su país con las armas como lo hace ETA".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de septiembre de 2002