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Crítica:ÓPERA

Purcell, revitalizado

Conviene afirmar que el intento de teatralización de La reina de las hadas, de Henry Purcell, la English National Opera (ENO) lo consigue brillantemente a través de la producción de David Pountney. Resulta curioso cómo una producción de acusada modernidad casa tan bien con una música estrenada en 1692. Abigarrada abundancia de gags y de guiños (algunos de estos de problemática comprensión para el público español), salpicada por presencias un tanto chuscas, que en ese contexto parecen hasta indicadas y evidentemente imaginativas, como esa pin-up especie de Marilyn Monroe, o unos rockeros a lo Elvis Presley cantando música barroca o unos chinos maoístas, libro rojo en mano.

Pero ante tanto derroche en la producción, no se crea que la parte musical quedó en segundo término, y de ahí el gran mérito de esta propuesta de la ENO. La dirección musical de Paul Daniel fue magnífica, por el pulso, el estilo, el equilibrio y la propiedad. Excelente el coro y notable la orquesta.

La reina de las hadas

De Henry Purcell. Por la English National Opera. Intérpretes: Joan Rodgers, Rom Randle, Arthur Pita, Nikolas Kafertzakis y Mark Richardson. Orquesta, coro y producción de la English National Opera. Dirección escénica: David Pountney. Dirección musical: Paul Daniel. Teatro del Liceo. Barcelona, 9 de septiembre.

No había estrellas en el extensísimo reparto de cantantes y bailarines, pero dio lo mismo, porque, además, esta obra, en realidad, no los necesita. Lo que sí se precisa es que se dé un auténtico trabajo de equipo, y éste se dio con creces, aunque quepa destacar el nombre más internacional del reparto, la soprano Joan Rodgers, que hizo una Titania exquisita y musicalísima. Un espectáculo, además, perfectamente rodado, que prestigia a la ENO y que hace que la actual temporada del Liceo haya comenzado bajo los mejores augurios.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de septiembre de 2002