Hace poco, un amigo mío, árabe ateo, se hizo pasar por judío en un barrio parisiense habitado mayoritariamente por musulmanes. La experiencia que me relató no me anima a imitarlo pero sí me estimula a sugerirles a los miembros del Foro de Madrid que se desplacen al País Vasco -perdón, Euskal Herria- a que pulsen anónimamente el ambiente asumiendo la personalidad de un 'inasimilado', de un 'cipayo'.
No es necesario que, para caracterizarse adecuadamente, porten un tricornio o agiten una bandera de España; quizás sea suficiente que lleven en la solapa de la chaqueta una modesta insignia del Betis (¡no digamos del Real Madrid!) o de ¡Basta, ya!, o bajo el brazo un peligrosísimo libro de Savater.
Digan ser oriundos de allí, vayan al barrio viejo de Donosti o Hernani, y durante 15 días defiendan sin arredrarse, por simple curiosidad sociológica, ideas, digamos con calculado pudor, chocantes: que votan al PSE o al PP, o algo por el estilo. Después, si vuelven, vengan y cuéntennoslo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de septiembre de 2002