El pasado mes de julio realicé dos rutas de las publicadas en EL PAÍS, que coleccioné cuando se publicaron. Una de ellas fue de Somiedo a Cudillero. En una de las excursiones visitamos la herrería romana El Machuco, situada en uno de los pueblos de la ruta.
Mi asombro fue total al ver que una construcción tan importante estaba tan deteriorada, y si se conserva en pie es gracias al dueño, un señor de edad avanzada; pero mi asombro se convirtió en estupefacción al comprobar que dicho señor tenía colgado en una de sus paredes un escrito en el cual era considerada la herrería como monumento histórico artístico, donde además un artículo de un periódico local, el cual leí con mis propios ojos, del año pasado publicaba que el Gobierno autónomo de Asturias había concedido a dicha herrería una subvención por valor de 3.000.000 de nuestras antiguas pesetas.
¿Cómo es posible que una casa de estas características (en España únicamente hay dos) esté en semejante abandono? Parece tan increíble como irritante.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de septiembre de 2002