Un interruptor como protagonista

A excepción del Valencia, que por algo es el campeón, por la cabeza de la tabla asoman equipos tales como la Real Sociedad, el Celta, el Málaga y el Valladolid, signo inequívoco de que el campeonato acaba de comenzar y también que quedan asuntos pendientes de resolver, entre ellos el Betis-Madrid. En una Liga tan luminosa, el apagón en el estadio Ruiz de Lopera por culpa de un interruptor fue un chasco, por no llamarle estafa u otra cosa aún peor, muy propia, por otra parte, de presidentes como el del Betis, tan suyos que a veces no distinguen entre lo que es suyo y lo que pertenece al club.

Personajes como Lopera escapan a las obligaciones y al control de la administración deportiva, superada por el negocio, que cuida sobremanera al mercado de fichajes y desatiende asuntos de infraestructura como era el caso. Encarrilado como tenía el partido, el Betis se quedó con las ganas de rematarlo y el Madrid de enderezarlo, frustrado y cegado como estaba.

Al parón madridista respondieron el Deportivo y el Barcelona acelerando el paso. Los azulgrana ratificaron en San Mamés que no tendrán la plantilla de otros, como quedó probado en Novelda en la Copa, pero sí que Van Gaal dispone de un equipo titular muy apañado, con un frente de ataque interesante: Luis Enrique, Saviola y Kluivert. Más recursos tiene Irureta, que en un minuto arregló un partido que tenía muy mala pinta en Pamplona: Tristán ni puso ni quitó, pero intimidó, y Makaay firmó un triunfo que permite olvidar el traspié ante el Betis. También ganó el Valencia, que no extrañó la ausencia de Aimar, y entre Vicente y Carew liquidaron a un Recreativo que repitió derrota, como también el Mallorca en Vigo, donde Jesuli fue expulsado por festejar su segundo gol con los aficionados, y el Espanyol frente a la Real ante el desquiciamiento de Juande.

Para técnico fiable, Peiró, que mantiene al Málaga en los puestos de privilegio con independencia de la nómina de jugadores. Musampa, de nuevo, enmendó una cantada de Contreras y dio a su equipo una victoria tan apretada como la del Racing en Vitoria. A la espera de Floro, el Villarreal no pudo puntuar en Valladolid, donde Moré, con su hijo como suplente, dio a su equipo la segunda victoria. Y, para acabar, el Atlético repitió empate en otro partido volcánico, como el del Camp Nou, y que prueba que el equipo de Luis todavía no se ha asentado en la élite. Nadie, en cualquier caso, tuvo el protagonismo del interruptor de Lopera. Un apagón en la Liga de las estrellas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 16 de septiembre de 2002