Jean Nouvel, vestido de negro, cree que la arquitectura es un arte visual, una producción de imágenes, y para enseñar sus proyectos ha ideado un laberinto de paredes negras sobre las que se proyectan imágenes reales y virtuales. Es su forma de presentar la arquitectura, que defiende desde los años ochenta, con salas vacías y pantallas, frente a las duras críticas de los que exigen planos y maquetas. 'Palladio y Alberti se habrían servido de estos medios para comunicar. La imagen tiene una seducción natural, es un poco engañosa, pero integra todos los detalles'.
Tras el paso de una estrecha abertura, cientos de diapositivas cercan al visitante, que se moverá desde entonces entre las imágenes de pared, donde se desarrollan una veintena de proyectos y obras, y las proyecciones casi a escala real. A Nouvel no le preocupa la simulación si las imágenes pertenecen a proyectos construidos o son virtuales, ya que 'lo importante es el proyecto y el espíritu del lugar'. 'Intento que todo el mundo comprenda la arquitectura'. Con la proximidad de la imagen, el visitante entra en los edificios. 'Jugamos con la realidad de la arquitectura'.
Tras la primera secuencia sobre 'la esencia de la materialidad', el montaje continúa por 21 proyectos concebidos por ordenador, como el Instituto del Mundo Árabe, en París -su primer edificio de éxito-, al palacio de Lucerna, la visita virtual a ocho edificios (Gasómetro de Viena, viviendas de Nimes, almacenes Lafayette de Berlín) y los proyectos españoles, como el museo de Burgos, el centro cultural de Santiago de Compostela, la Torre de Aguas de Barcelona, el palacio de A Coruña y la ampliación del Reina Sofía. El visitante puede entrar en el banco de datos de Nouvel y ver las fotos del centenar de colaboradores, entre ellos el arquitecto Alberto Medem, jefe del proyecto del Reina Sofía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 17 de septiembre de 2002