La oposición provocó ayer un debate en el Congreso de los Diputados sobre el posible ataque militar a Irak. El Partido Popular rechazó por 'irresponsable' la proposición no de ley de Izquierda Unida en la que se instaba al Gobierno a que España no se implique en un eventual ataque unilateral de Estados Unidos contra Irak mientras se desarrolla la labor de los inspectores de Naciones Unidas en territorio iraquí.
El texto finalmente rechazado por PP y CiU era del PSOE ya que Izquierda Unida decidió asumirlo integramente, tras lo cual sumó también su apoyo el Bloque Nacionalista Galego. A juicio del PP, la propuesta de la izquierda es 'prematura' dado que todavía se está en una fase diplomática, gracias a la posición de varios países, entre ellos España, según el portavoz de Exteriores del Grupo Popular, Gustavo de Arístegui.
El PSOE, en virtud del trabajo del portavoz de Exteriores, Manuel Marín, convenció a IU para que sustituyera el texto de su proposición no de ley por otro, de los socialistas. De esta manera, el PSOE aprovechó el cupo de proposiciones no de ley del grupo que dirige Gaspar Llamazares para defender su posición sobre el conflicto de Irak. Una iniciativa así del PSOE no habría tenido cabida reglamentaria hasta dentro de dos semanas.
El PP y CiU rechazaron esa iniciativa, apoyada por el BNG, con la que se pretendía también que España impulsara todos los esfuerzos diplomáticos para que Irak cumpla las resoluciones de las Naciones Unidas, respete la seguridad e integridad física y facilite la labor de los inspectores internacionales, según la redacción propuesta por los socialistas. Una vez aceptado por el Gobierno iraquí el regreso incondicional de los inspectores, y 'mientras dure su labor, el Reino de España no debe implicarse en una acción militar unilateral de Estados Unidos contra Irak', se añadía en la proposición no de ley. Por último, y 'previamente a cualquier decisión del Gobierno que suponga la participación o el apoyo de España a una acción militar, el Gobierno deberá comparecer en el Congreso, al objeto de fijar la posición de la Cámara'.
El portavoz parlamentario de Exteriores del PP, Gustavo de Arístegui, tan aplaudido por su grupo como Manuel Marín por el suyo, señaló que la decisión del régimen de Bagdad de autorizar la entrada de los inspectores tiene mucho que ver con la posición de Estados Unidos y, también, de España. Arístegui rechazó de entrada la propuesta de la izquierda por 'prematura', dirigiéndose al parlamentario de IU José Luis Centella, que alertó sobre las consecuencias de otra guerra: 'Más odio y más sed de venganza'. Centella recordó a las víctimas de las Torres Gemelas y de los ataques a Afganistán. Arístegui recomendó que se acoja con 'prudencia' la decisión de Sadam Husein, dado su amplio historial de incumplimientos, y desgranó las características del régimen iraquí, con datos sobre la gran cantidad de material destructivo que almacena. El parlamentario socialista Manuel Marín rechazó el 'maniqueo prefabricado' por el PP sobre 'libertad o tiranía', 'el bien y el mal', 'Bush o Husein'. 'Si al concepto de guerra preventiva unimos el derecho al botín, es decir, al petróleo, no sé si estamos haciendo un orden internacional en el que podamos mirarnos', subrayó Marín. A su juicio, el intento de imponer el concepto de 'guerra preventiva supone ya una quiebra del 'orden internacional'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de septiembre de 2002