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Las fuertes lluvias causan daños en carreteras y vías de tren en Tarragona

Las persistentes precipitaciones del verano causan el hundimiento de dos casas en Berga

La comarca del Baix Penedès (Tarragona) rememoró ayer las inundaciones de julio de 2000, cuando el centro de El Vendrell quedó anegado y la ciudad incomunicada por carretera y tren. Las intensas lluvias caídas durante la noche del lunes, que entre las cinco y las ocho de la mañana alcanzaron 135 litros por metro cuadrado, ocasionaron cortes de carreteras, interrupción en el fluido eléctrico en 17.000 viviendas, cortes en la circulación ferroviaria e inundaciones de casas y comercios. No se registraron daños personales.

Las precipitaciones más dañinas se localizaron en el Baix Penedès y en el Tarragonès y sus consecuencias habrían sido de mayor entidad si, tras las inundaciones de 2000, no se hubieran limpiado rieras y construido puentes, según el alcalde del Vendrell, Benet Jané (CiU). El alcalde recordó que la intensidad de la lluvia del lunes fue mayor que la registrada en 2000 y achacó el menor impacto de las lluvias a las obras realizadas para canalizar los torrentes. Aun así, no se pudo evitar que el núcleo de playa de Sant Salvador quedara casi aislado durante la madrugada y el día de ayer. Jané explicó que hay un proyecto para evitar que se repitan las inundaciones en la zona costera de la población.

Una de las localidades más perjudicadas fue Bonastre, en la que cayeron precipitaciones de hasta 210 litros por metro cuadrado y en la que el agua y el barro inundó buena parte de comercios y viviendas del centro de la población.

La lluvia ocasionó graves daños a la red viaria. En total resultaron afectadas nueve carreteras, cuatro de las cuales continuaban cortadas por la tarde. En las otras cinco la circulación se fue restableciendo a lo largo de la mañana.

Los Bomberos de la Generalitat tuvieron que acudir a rescatar a conductores cuyos vehículos se vieron atrapados en puentes y túneles. Además, tuvieron que realizar más de 60 salidas relacionadas principalmente con inundaciones de aparcamientos o sótanos y terrazas, así como para retirar agua de carreteras, algunas de las cuales estaban cubiertas por lodos producto de deslizamientos de tierras.

A esta situación se sumó la interrupción en el fluido eléctrico. Fuentes de Fecsa-Endesa culparon al aparato eléctrico que acompañó a la tormenta de los fallos en el suministro. En total, fueron 8.000 abonados de la zona, con localidades como El Vendrell, Calafell o Torredembarra, los afectados por la ausencia de electricidad. Los cortes se registraron desde las 06.00 y la situación se fue restableciendo a lo largo del día, aunque las tareas de las brigadas de electricistas vieron entorpecidos sus trabajos por las dificultades de acceso a la zonas que carecían de fluido. Por la tarde, otros 9.000 abonados de Tortosa y Roquetes todavía se encontraban sin luz.

Las precipitaciones, localizadas sobre todo entre las 05.00 y las 08.00, perjudicaron la circulación ferroviaria, tanto en la línea de la costa como de interior que permanecieron cortadas durante varias horas a lo largo de la mañana.

Por su parte, los persistentes chubascos del verano provocaron la noche del lunes el hundimiento de dos viejas casas deshabitadas del casco antiguo de Berga, ciudad situada al norte de la provincia de Barcelona. Tras el accidente, 20 personas, las que vivían en tres edificaciones contiguas a las casas hundidas, fueron desalojadas de sus pisos como medida de prevención. La mitad de los desalojados, la mayoría inmigrantes, encontraron albergue en casas de familiares y amigos; el resto ha sido alojados en pisos municipales. Las casas se encuentran en uno de los puntos de la ciudad con edificaciones más antiguas y los vecinos ya habían advertido al ayuntamiento del peligro que entrañaban.

La carretera que une Zaragoza con Castellón, la Nacional 232, permaneció cortada desde poco antes de las 19.00 hasta entrada la noche a causa de las fuertes lluvias que cayeron en El Burgo de Ebro, a 12 kilómetros de la capital aragonesa. El desbordamiento de torrentes provocó el corte de la línea férrea Zaragoza-Barcelona, informa Concha Monserrat.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de septiembre de 2002