Los restos de dos personas fusiladas 'un día de otoño de 1936' han aparecido en Zaldibia (Guipúzcoa). Se dice que tal vez sean de dos vecinos de Andoain. Mientras tanto, la Sociedad de Ciencias Aranzadi está realizando un análisis de los mismos y se está a la espera de que algún familiar o conocido pueda identificar los dos cuerpos. Sin embargo, antes de proceder a su exhumación, ya les han realizado un homenaje con toda la simbología nacionalista, y determinados medios de comunicación de influencia nacionalista han asegurado que son gudaris del 36. Pues bien, puede que sean gudaris, pero puede que sean milicianos. Porque, como ha señalado el historiador, Iñaki Egaña, desde el verano del 36 hasta el año 42 fueron fusilados en Guipúzcoa 1.100 personas 'leales a la República', de las que 600 aún no se han encontrado.
Tras el golpe militar del 18 de julio de 1936, para defender las libertades y la República, se crearon batallones en todo el País Vasco, al igual que en el resto de España. Un ejemplo de ello es el Batallón Rusia que, operó en toda la provincia de Guipúzcoa y estaba compuesto por cinco compañías cuyos miembros eran, fundamentalmente, milicianos de las Juventudes Socialistas.
Como dicen algunos, recuperar la memoria histórica y los cuerpos de los desaparecidos en la guerra incivil española es una asignatura pendiente de la democracia. Pero, una cosa es recuperar la memoria histórica y otra muy diferente patrimonializarla, distorsionarla e inventarla. Que nadie pretenda convencernos de que fue una guerra entre Euskal Herria y España. Ni que el 'conflicto vasco' es consecuencia de ella. Ni que los miembros de los batallones eran exclusivamente gudaris, que también los hubo. Porque, fundamentalmente, fueron republicanos, socialistas, anarquistas y algunos comunistas, quienes lucharon con mayor denuedo por las libertades y la República, defendiéndola frente al levantamiento fascista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de septiembre de 2002