María Soledad Díaz Martín, una mujer de 44 años que permanecía en coma desde hace dos meses por las graves quemaduras producidas por su ex marido, murió el martes por la tarde en el hospital de Getafe (Madrid). Su ex cónyuge, Ignacio Manuel Alberto López, de 47 años, le había rociado el cuerpo con ocho litros de gasolina y prendido fuego el pasado 24 de julio en la localidad canaria de Güimar (Tenerife).
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María Soledad Díaz no pudo superar las graves lesiones causadas por su ex marido. Desde que ingresó en la unidad de quemados del hospital de Getafe (Madrid) pocos días después de la agresión, permanecía inconsciente y sedada. Tenía quemaduras de segundo y tercer grado en el 85% de su cuerpo. La zona superior era la más afectada.
El Ayuntamiento de Getafe se hizo cargo de los gastos originados por ella y por sus cuatro hijos (de 15, 21, 25 y 26 años), según informó ayer la Red de Ciudades contra la Violencia de Género, un organismo formado por 21 municipios madrileños.
La mortal agresión se produjo el 24 de julio, cuando Ignacio Manuel Alberto acudió al apartamento alquilado de su esposa y sus hijos. La pareja acababa de separarse. El ex marido llamó al portero automático reiteradamente. La mujer bajó al portal. Allí, el ex cónyuge la roció con ocho litros de gasolina y le prendió fuego con un mechero. Fue una acción rápida: la víctima no tuvo tiempo de raccionar.
Tres días antes, la mujer había denunciado al ex marido por amenazas de muerte.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de septiembre de 2002