Elvira Lindo convirtió ayer en un monólogo teatral -en el Teatro la Abadía de Madrid, completamente lleno- su historia literaria. Lo hizo en la presentación de su nueva novela, Algo más inesperado que la muerte (Alfaguara), que escribió en Nueva York en los aledaños del 11-S. Dijo Lindo que esta novela debía leerse como la culminación de una de sus principales ambiciones, ser siempre otra. No quiso desvelar el argumento, pero se sintió orgullosa de que sin habérselo propuesto expresamente se hubiese quitado la vergüenza de "escribir en serio". Dijo que su madre siempre le compraba zapatos de un número más y confesó que eso lo sigue haciendo ella misma ahora, porque siempre quiere ser otra, y este deseo lo cumple con la literatura. Sus artículos en EL PAÍS, le han servido para quitarse el pudor; lo que los demás llaman "desvergüenza" es, simplemente, la ambición de sentirse en el cuerpo y en el alma de sus personajes; y en Algo más inesperado que la muerte éste es el fundamento principal: ella se convierte en todos y cada uno de sus personajes, transfiriéndoles a todos sus propias vivencias.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de septiembre de 2002