Para Edmund Stoiber, el candidato a canciller de la Democracia Cristiana (CDU/CSU) la región del Ruhr [feudo tradicional de la socialdemocracia (SPD) alemana] no le resulta ajena. Stoiber cuenta que la conoce desde hace años. Su suegro vivió en Gladbeck. Tres décadas después en el Rin y el Ruhr se decide una vez más el destino de Stoiber, pero esta vez no el privado, sino el político. Stoiber presiona de lo lindo para el triunfo a la CDU local. 'Tenemos que conseguir un resultado mejor que en las elecciones de 1998', dijo Stoiber en su visita al periódico Neue Ruhr Zeitung.
'Lograremos más del 40% y después nos pondremos de acuerdo con el FDP'
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Pregunta. Señor primer ministro [de Baviera] estos días usted realiza una gira por Renania del Norte y Westfalia. ¿Viaja usted por una casa empobrecida rojiverde?
Respuesta. No. Naturalmente la región del Ruhr se encuentra todavía en medio de un cambio estructural profundo. No obstante, yo veo ciertamente las transformaciones. Para mí es todavía la región clave. Hay dos regiones a las que yo como canciller me dedicaré con especial atención. Son los nuevos Estados [los del Este que antes formaban la República Democrática Alemana] y la región del Ruhr, porque es el ventrículo de la economía alemana.
P. ¿Le irritan a usted los saltos de cabra de las encuestas?
R. Para mí las encuestas no son la Biblia...
P. ¿... sino?
R. ... siempre sólo un sismógrafo. Y sé demasiado bien cuánta especulación hay por medio.
P. ¿Va a ser un problema para [el canciller socialdemócrata Gerhard] Schröder que Sadam Husein ceda a la presión de la ONU?
R. Todo el mundo se alegra de que ahora haya grandes oportunidades y esperanzas de llegar a una solución pacífica. Los alemanes no quieren una política del 'conmigo que no cuenten'. Los alemanes tienen una gran confianza en la ONU, que no es un club de aventureros. Ahora a Schröder el asunto de Irak se le cae sobre los pies.
P. ¿Sigue usted apostando por los temas económicos?
R. En Alemania sólo avanzaremos si reducimos el desempleo. Ahora afecta incluso a los más jóvenes, a los que tienen una buena preparación, a los trabajadores especializados, a las clases medias.
P. En Baviera [Estado federado donde gobierna el primer ministro Stoiber] consiguieron reducir la tasa de desempleo a menos del 6%. ¿Es éste su objetivo también para todo el país?
R. Es indudable que Baviera tiene otras estructuras. Pero Estados federados como Baviera, Baden-Würtemberg y Hesse [gobernados por la Democracia Cristiana] son una prueba de lo que se puede conseguir. En Alemania tendríamos que llegar a una tasa de paro del 7%. Pero esto no lo puede prometer la política. Nosotros no creamos puestos de trabajo. Nosotros mejoraremos las condiciones marco para aumentar el crecimiento y el empleo. Por citar sólo un ejemplo: No es posible que en la región del Ruhr y en Renania del Norte-Westfalia [Estado más poblado de Alemania con 18 millones de habitantes] haya menos trabajadores por cuenta propia que en Baviera [12 millones de habitantes].
P. ¿Por qué no aborda usted los temas de la reforma de la política económica y social de una manera más ofensiva y más concreta?
R. Sí que lo hacemos. En nuestro programa de gobierno y en nuestro programa de acción inmediata hemos dicho claramente lo que queremos. Queremos, por ejemplo, que en la empresa haya más pactos por el trabajo, con el fin de que los acuerdos entre los comités de empresa y la empresa permitan asegurar puestos de trabajo. Los sindicatos me critican por eso. Por otra parte, los empresarios dicen que esto no marcha con la rapidez necesaria. Así pues, parece que estoy en el término medio.
P. ¿Cuáles son sus planes concretos?
P. La ley sobre falsos trabajadores autónomos desaparece. El salario inicial vuelve a ser atractivo de nuevo: Para los nuevos puestos de trabajo de 400 euros de salario bruto, los trabajadores percibirán esta misma cantidad neta. La cogestión se modificará de tal manera que yo quitaré la burocracia de esta ley.
P. ¿Quiere hacer una reforma de la legislación básica sobre convenios colectivos?
R. Yo quiero que el personal y los comités de empresa tengan más margen de maniobra del que han tenido hasta ahora. El personal de una empresa debe poder decir en una situación de crisis. Estamos de acuerdo en que, por un tiempo limitado, el empresario nos reduzca el salario en un, digamos, 5%. La contrapartida será que no se despida a nadie. Hoy en día esto sólo se puede hacer con la aprobación del sindicato. Esto quiero suprimirlo. No obstante, los sindicatos deben tener derecho a recurrir. Precisamente cuando el sindicato crea que en una empresa se está engañando a los trabajadores.
P. ¿No hay que abordar las reformas de una manera más resuelta?
R. ¡Un momento! Tenemos que llevar a la gente con nosotros. Somos un partido del pueblo; somos también un partido de trabajadores. La gente quiere un alto nivel de seguridad social. Pero tengo que dejar claro que esta seguridad cuesta dinero. Por eso la economía tiene que fortalecerse.
P. ¿Y la protección contra el despido? ¿Esto ya no lo quieren tocar ustedes más?
P. No. A los que buscan empleo de más edad queremos ofrecerles una posibilidad más: acordar una compensación a cambio de renunciar a futuras demandas por despido con el fin de que sus posibilidades de colocarse sean mejores. No tienen que hacerlo, pero si quieren, pueden. La libertad de decidir le corresponde al que busca trabajo. Y yo también quiero que haya más contratos por tiempo limitado. Prefiero el trabajo temporal al desempleo indefinido. Quiero reformas sin rupturas.
P. Por eso el conde Lambsdorff [veterano político del Partido Liberal (FDP) ya retirado que ocupó la cartera de Economía en el Gobierno de Helmut Kohl] dice que hay dos partidos socialdemócratas. Uno es cristiano...
R. Yo soy socialcristiano. Para mí, la justicia social es un bien muy valioso. Yo me oriento por la concepción cristiana del hombre. En primer lugar, todos deben aprovechar su propia responsabilidad, su talento. Después viene la solidaridad para aquellos que tienen más dificultades.
P. ¿Y esto quiere usted sacarlo adelante junto con el [Partido Liberal] FDP? ¿Hay buena química entre usted y Westerwelle [dirigente del FDP]?
R. Los democristianos y los liberales tenemos mucho en común en asuntos como la economía, el empleo y los impuestos. Éste es el tema central para Alemania. También en la política educativa veo muchas coincidencias. Westerwelle y yo nos entendemos bien desde que él era un joven secretario general. La combinación podría ser humanamente positiva. Él, con sus 40 años, aporta a la política mucho ímpetu juvenil y yo aporto la experiencia.
P. ¿Está seguro de poder contar con los liberales?
R. Vamos a conseguir cuarenta y algo más por ciento. Y después nos pondremos de acuerdo con el FDP muy rápidamente.
© Neue Ruhr Zeitung / EL PAÍS
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de septiembre de 2002