Asegura la Conferencia Episcopal que la violencia doméstica no es motivo suficiente para anular un matrimonio.
Dice que es un asunto 'sobrevenido'; es decir, que sobreviene (mala suerte) después de la celebración del matrimonio. Así, de repente, después de escuchar las sabias palabras de monseñor Ajenjo, me he dado cuenta de que en esta vida hay miles de cosas que sobrevienen; todo lo malo, por ejemplo.
Porque hay una tendencia imparable en el ser humano y en el ser político a no asumir la culpa ante algún desastre o calamidad. No ha pasado, ha sobrevenido. A lo mejor es por superstición; porque ellos creen todavía en alguna clase de dios maligno que hace que suba el paro, el precio del barril de petróleo o el número de mujeres que se levantan día sí, día no con el ojo morado.
Claro que el barril de petróleo sube porque EE UU va a meternos en una guerra con Irak por el oro negro y no para defendernos del malo de Husein.
Y a las mujeres les pegan sus señores maridos porque trabajan mucho y se ponen nerviosos.
No me lo creo. No creo en nada que sobrevenga.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de septiembre de 2002