La moneda japonesa, el yen, se depreció ayer a un mínimo de tres años frente al euro y al nivel más bajo frente al dólar de los últimos tres meses al conocerse que el Ejecutivo japonés no había llegado a cubrir la oferta del 75% de un total de 15.000 millones de euros en títulos de deuda pública a 10 años. Es la primera vez que esto sucede desde que el Gobierno comenzó a vender bonos de deuda en 1989.
El Gobierno del primer ministro Junichiro Koizumi no convence y la desconfianza de los inversores en la recuperación de la economía japonesa es cada vez mayor. El Ministerio de Finanzas japonés reconoció ayer, en un comunicado, que el 11% de la última oferta de títulos de deuda pública había quedado desierta. El fracaso de la subasta, el primero desde que el Gobierno las comenzó a realizar hace 13 años, es un claro signo de que los inversores japoneses no se fían de Koizumi, puesto que el 97% de los bonos de deuda soberana japonesa a largo plazo no está en manos extranjeras, sino en poder de locales.
El fracaso hundió al yen a un mínimo de tres años frente al dólar, llegando a cotizar la moneda japonesa a 121,46 por euro. El yen también se depreció a 123,11 por dólar. Los inversores esperan que la divisa japonesa siga debilitándose y que llegue a cotizar a 125 por dólar a mediados del cuarto trimestre y a 130 a finales de este año. Si bien la debilidad de la moneda beneficia a los exportadores japoneses, la segunda economía del mundo no puede mantenerse sólo sobre el pilar del comercio exterior.
Esta situación hace a Japón muy dependiente de la demanda externa y si la crisis económica mundial se alarga o incluso se acentúa ni siquiera las exportaciones mantendrán a flote la economía. El consumo interno sigue estancado y el crédito paralizado debido a las fuertes deudas de la banca y las empresas. El Banco de Japón ha estado comprando acciones de empresas y bonos de deuda, pero ni aún con estas medidas han logrado paliar la situación. La Bolsa de Tokio retrocedió ayer un 1,95% y acumula una caída del 10,07% en lo que va de año.
El ministro de Servicios Financieros, Hakuo Yanagisawa, dijo ayer en una conferencia de prensa, recogida por la agencia Reuters, que 'el Gobierno está a punto de terminar un nuevo plan para eliminar los préstamos incobrables que lastran el sistema bancario'. 'Hacemos lo mejor que podemos', añadió el ministro. Los bancos japoneses acumulan préstamos que jamás recuperarán por un total de 443.000 millones de euros, según cifras oficiales.
El Gobierno japonés también comunicó oficialmente que habrá nuevas subastas de deuda pública y que el porcentaje que no ha recibido ofertas tras la última subasta será adquirido por un grupo de 1.400 instituciones financieras que suelen acudir a estas operaciones. Una de las mayores críticas de los analistas extranjeros al estilo japonés es justamente esta cohabitación entre el Gobierno, la banca y las empresas, donde se hacen operaciones cruzadas constantemente y el Estado responde por todo con dinero público. Por ello, Japón acumula una deuda cercana al 150% del PIB.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de septiembre de 2002