El Partido Popular arrancó ayer sus congresos regionales en Andalucía y Madrid. Dos cónclaves radicalmente distintos. En Andalucía, el PP es el partido de la oposición y ha tenido problemas internos, zanjados en ocasiones con expulsiones, en cuatro provincias. En Madrid gobierna por mayoría absoluta el Ayuntamiento y la Comunidad. La dirección del PP andaluz hizo ayer explícitas, en su informe de gestión, sus problemas. Y advirtió de que mantendrá la disciplina "cueste lo que cueste". En Madrid, mientras, todo se aplaudía por unanimidad, incluso el cambio de candidatos a la Comunidad y el Ayuntamiento.
El PP andaluz está dispuesto a mantener la unidad interna "cueste lo que cueste". Su secretario general, Antonio Sanz, dejó clara ayer esta advertencia ante 300 de los 1.171 compromisarios acreditados en el 10º Congreso regional de esta formación. Respondió así a las crisis domésticas registradas en varias provincias, especialmente aguda en Córdoba.
Sanz reconoció que el PP ha tenido "problemas" y que los seguirá teniendo, pese a que en los últimos días los dirigentes nacionales y regionales han minimizado la importancia de las críticas de ex militantes, algunos expulsados y otros huidos por los problemas de convivencia con otros sectores, que han denunciado la "falta de democracia interna" en el partido.
En la exposición de su informe de gestión, Sanz recalcó que "desde dentro ha habido a quien no le ha importado socavar la imagen y el prestigio del PP", pero que a la dirección regional tampoco le "ha temblado la mano" para atajar estos movimientos mediante expulsiones, palabra que no mencionó en ningún momento.
Sanz cargó contra los integrantes de la denominada Plataforma por la Regeneración Ética y Democrática del PP, impulsada por el senador Enrique Bellido, ahora en el Grupo Mixto, que fue presidente provincial de Córdoba hasta su expulsión del partido.
El secretario general del PP andaluz acusó a los integrantes de la plataforma promovida por Bellido de moverse "desde el simple resentimiento de sus fracasos" y de estar "ayudando al PSOE". Sanz exhortó a la disciplina con estas palabras: "La unidad, la coherencia y la cooperación internas son necesarias y son obligadas en la vida diaria del PP. Y nosotros vamos a seguir garantizándolas. Cueste lo que cueste y haya que hacer lo que haya que hacer". El informe de Sanz fue aprobado a mano alzada, sin votos en contra o abstenciones.
Entretanto, en Madrid, sólo tres abstenciones se contrapusieron a los 2.097 votos a favor que recabó el informe de gestión; hubo unanimidad en la ponencia de reglamento, y una tímida abstención oculta en un mar de síes, en la ponencia política.
Todo se aplaudió sin fisuras, incluso la despedida del alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, quien no repetirá en el cargo. El candidato a la alcaldía será el ahora presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón. La presidenta del Senado, Esperanza Aguirre, recibió el respaldo del congreso para ser nominada en breve como candidata popular a la presidencia de la Comunidad.
El presidente del PP madrileño, Pío García-Escudero, pidió a los delegados que desde ahora orienten sus esfuerzos a revalidar la mayoría absoluta en ayuntamiento y comunidad con los dos nuevos candidatos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de septiembre de 2002