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50º FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN

Federico Luppi deja Buenos Aires y se instala en Madrid

San Sebastián
Por tercera vez en su carrera, el cineasta argentino Adolfo Aristarain concursó ayer en la sección oficial del Festival de Cine de San Sebastián. Lo hizo con Lugares comunes, protagonizada por Federico Luppi y Mercedes Sampietro, en el que indaga en el exilio argentino. Luppi, un actor que ha dividido en los últimos años su carrera entre España y Argentina, anunció ayer su intención de abandonar definitivamente Buenos Aires como consecuencia de la crisis que vive el país. Por otro lado, el estadounidense Dennis Hopper, uno de los tres premios Donostia de este año, llegó ayer por la tarde, y el inclasificable cineasta finlandés Aki Kaurismäki presentó Un hombre sin pasado, premio especial del jurado en Cannes.

'Tengo mucho miedo. No va a ser ir y volver. Me quedo aquí. Necesito ver un poco de vida'. Así resumió ayer el actor argentino Federico Luppi su decisión -'no demasiado reflexiva'-, de abandonar Argentina e instalarse definitivamente en Madrid. A sus 64 años, Luppi tiene la sensación de empezar de nuevo, más a nivel personal que profesional. 'Nada es para siempre, ahora sí se lo que es eso', aseguró el actor, que presentó ayer en el Festival de San Sebastián Lugares comunes, su última colaboración con el director Adolfo Aristarain, en la que intepreta a un profesor al que le anuncian de la noche a la mañana una jubilación forzosa.

'Me quitaron el futuro', asegura su personaje en Lugares comunes. Algo así siente Federico Luppi con la situación en Argentina. 'El último año ha sido especialmente duro, angustioso. No idealizo España ni Madrid, pero la última vez que he estado aquí, hace muy pocos meses, al segundo día me sentí tranquilo, ya casi despegado de esa cosa tan opresiva. Necesito ver un poco de vida en el costado más rosadito'.

La salida de Luppi de Argentina sigue el ejemplo de algunos colegas que en los últimos años han decidido instalarse en España, como Leonardo Sbaraglia o Miguel Ángel Solá. 'Lo mío es más personal, no tengo 20 años', aseguró Luppi, que da poca salida a la esperanza. 'No soy optimista, soy sensatamente realista. Como hombre de la calle no he tenido un minuto de respiro. La ineptitud de la clase política argentina es realmente grave y temo que en el futuro las cosas no serán pacíficas', continuó Luppi, que no oculta su pena. No sólo pena, mucha rabia. 'Estamos pagando el haber mitificado un país. Creamos un mito falso, hasta que un día la realidad nos dice que no se puede robar más de lo que se produce'.

Más contemplativo

Al igual que el profesor que interpreta en Lugares comunes, que busca en el campo un lugar bucólico y apacible, Luppi tiene claro que ahora su campo es Madrid. 'Tengo ganas de ser un poco más contemplativo, no tengo planes ni sueño con la tierra prometida, pero he llegado a un punto en el que me he dado cuenta de que no se puede vivir en un mundo en el que no hay reglas de convivencia, permanentemente sacudido. Está mal que todo suba, la gasolina, la luz, el teléfono, pero que te roben los bancos...'.

Lugares comunes sexta colaboración de Luppi con Aristarain, está basada en una novela aún sin publicar escrita por Lorenzo F. Aristarain, primo del realizador, que decidió, como en la película, dedicarse a escribir después de que le echaran del trabajo de investigador-jefe de un prestigioso organismo público argentino.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de septiembre de 2002