La Guardia Civil de Zaragoza investiga la muerte de una mujer y un hombre que aparecieron sin vida en su domicilio en la localidad zaragozana de Bulbuente, de apenas 200 habitantes y cercana a Tarazona. Los hechos se conocieron ayer, aunque fue el pasado jueves cuando se encontraron los cadáveres de Marino Gracia, de 49 años, y de su compañera sentimental, Cristina V. G., de 30, tendidos en la cama del dormitorio.
Fue la madre de Marino -que vive en una de las dependencias del domicilio de su hijo- quien, extrañada de que la pareja no se hubiese levantado para acudir a trabajar, se encaminó al dormitorio y allí encontró los cuerpos. El de Cristina presentaba dos heridas por arma de fuego, y el del Marino tenía un impacto. Junto a los cadáveres estaba la escopeta de caza del hombre, así como tres vainas de cartuchos.
Según la inspección ocular de la Guardia Civil, todo apunta a que fue Marino quien disparó dos veces a quemarropa sobre la mujer y luego se mató de un tiro. El hombre fallecido vendía fruta en la localidad y por los pueblos de la zona, por lo que era muy conocido. La mujer regentaba el bar de Bulbuente. La pareja convivía desde hace diez meses.
Sorpresa vecinal
Los vecinos han manifestado su sorpresa por lo ocurrido. El alcalde de la localidad, Jesús Clavería, se mostraba consternado: ' Era un hombre muy querido. De pensar lo que ha pasado, me acongojo. Tenía una gran amistad con él y jamás pensé que podría tomar esa decisión. No sé en qué situación ha podido verse'.
De momento prosiguen las investigaciones y el Juzgado que instruye el caso ha declarado el secreto del sumario. Ayer estaba prevista la realización de las autopsias en el Instituto Anatómico Forense de Zaragoza, según fuentes de la Guardia Civil.
En lo que va de año, al menos 32 mujeres han muerto a manos de sus compañeros o ex compañeros en España.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de septiembre de 2002