Antonio Manuel Reina (Osuna, Sevilla, 1981) resopla y suspira. Pide poder sentarse en un banquito de madera. 'Es que tengo un mareo...'. Antonio Manuel Reina, pelo amarillo platino 'para cambiar de look' acaba de batir el récord de España y de vencer a los mejores especialistas mundiales del 800. 'Es mi tope, yo ya no daba más de sí', dice, contento pero contenido y agarrándose con las manos los costados. 'Me he desquitado con los rivales, que eran la crema de los 800 y la marca no ha estado nada mal, ¿verdad?', afirma y pregunta sorprendentemente. 'Ya es muy difícil mejorar más', confiesa con un tono más opaco y asegura: 'No me lo esperaba para nada, porque no he entrenado mucho y entre viaje y viaje todo el rato por ahí estaba ya un poco agobiado'.
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Antonio Manuel Reina, se apoya en la valla y de repente exclama: 'Coño, me he pegado un tajo en los nudillos'. Ya no queda nadie junto a él. La mano le sangra y masculla: 'Esto ha sido con los tacos'. Ni siquiera se había dado cuenta. 'He estado sólo centrado en la carrera'. Una carrera, la más rápida de su vida, que describe con sencillez: 'Sabía que iba a ser muy rápida y que nos lo jugaríamos al final, por eso he preferido quedarme en la cola, para resguardarme del viento puñetero que hacía', apunta antes de concluir sin especial emoción su relato: 'Después he visto mi oportunidad y he tirado para adelante, y he ganado, pero sólo pensaba en pelear, no en ganar'.
'No esperaba ganar, pero no por la calidad de los rivales, que ya no me asustan desde lo de San Sebastián (batió el récord de España y venció), sino porque no estaba con muchas ganas', dice Reina ante la incredulidad de su reducido auditorio. 'Yo creo que la clave, a pesar de todo, ha sido el público, al que no se le podía defraudar'. Después, el plusmarquista, aprovechó para quejarse 'del mal trato que se le da al atletismo en España, aquí siempre estamos que si Ronaldo y que si fútbol'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de septiembre de 2002