El escándalo Enron ha marcado un año durísimo para las auditoras. El nuevo curso tampoco será fácil para ellas: el aumento del precio de los seguros, la renuncia a algunos servicios de consultoría y el entorno económico dificultan el crecimiento del sector, que en España está a la baja.
La desaparición de Andersen, que auditaba las cuentas del gigante energético, tendrá más consecuencias a medio y largo plazo, cuando empiecen a tener efecto las normas que los Gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea han preparado para reforzar su independencia.
En España, las auditorías movieron 400,5 millones de euros en 2001, un 6% más que el año anterior.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de septiembre de 2002