En la edición de EL PAÍS-Madrid del pasado día 15, en la sección Cartas, don Salvador Montalbán Rodríguez emite una serie de juicios de valor sobre los parados y los funcionarios de este país que resulta un tanto ofensiva, cuando de lo que se trata, al parecer, es de negar la capacidad del PSOE de generar empleo.
Y digo que son tanto más ofensivos porque, cuando lo que está en juego es el trabajo de un parado, estamos también hablando del sustento de su familia, de la capacidad de este parado para pagar su hipoteca, de generar, mediante una economía transparente, ingresos lo mismo para el sistema sanitario que para la construcción de infraestructuras, etcétera.
Ítem más; los funcionarios -que, a juicio de este señor, son unos vagos- significan la garantía del Estado frente a empresas que mercadean con todo, también con las subvenciones que perciben por contratar parados de larga duración, o aspirantes al primer empleo.
Curiosamente, nadie ha resultado más favorecido que los empresarios por las políticas de fomento del empleo; nadie ha percibido más prestaciones, por contratar a esos jóvenes, que las empresas. Y si los jóvenes (después de tener un contrato basura, en donde se les paga por dos o cuatro horas de trabajo, cuando en realidad realizan ocho) se dedican a saltar de empresa en empresa no es porque hayan recibido una formación espléndida, es que se cansan de ser explotados por unos empresarios poco escrupulosos y por una Administración que carece de los funcionarios necesarios para vigilar los abusos de éstos.
No es de extrañar que haya quien vea con recelo medidas que puedan hacerle sentirse menos libre y más vigilado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de septiembre de 2002