Tras leer el artículo El chotacabras de Motril, de Ian Gibson, no puedo menos que felicitar al autor por ser el único -o casi- intelectual que se preocupa por la defensa del paisaje y de los ecosistemas andaluces. Porque por otra parte es lamentable comprobar cómo tantos escritores, poetas e intelectuales que podrían influir en la opinión pública, callan ante la destrucción de nuestra tierra por la urbanización desenfrenada y la especulación inmobiliaria, especialmente en la costa. Y algunos 'poetas', a los que se les debe presuponer especial sensibilidad, son incluso originarios de pueblos del litoral donde playas vírgenes, dunas y pinares han desaparecido para siempre y ni nosotros ni las generaciones por venir podremos disfrutarlos.
Sí, es lamentable que tenga que ser un señor venido de Irlanda -aunque ya nacionalizado español- el único que levante la voz contra tanta atrocidad. Gracias, señor Gibson.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de septiembre de 2002