Si la organización de la Bienal de Flamenco hubiese instalado un aplausómetro, esos aparatos tan populares en los concursos de televisión de los ochenta, seguro que Contrabandistas, el espectáculo que estrenó el domingo el bailaor David Morales, habría batido todos los récords. Parecía que toda La Línea de la Concepción (Cádiz), de donde es el bailaor y la mayoría del elenco, estaba en el teatro.
Sin embargo, a pesar de que el respetable se ponía en pie hasta en medio de la obra, se oyeron algunas voces disidentes. El montaje que pudo verse en el teatro Lope de Vega consiguió narrar la vida de los hombres que tenían en el contrabando su único modo de vida. La historia de necesidad y muerte se cuenta en las letras del periodista y escritor Juan José Téllez, autor también del guión, que sonaron en las voces de Rocío Bazán y José El Ecijano.
Contrabandistas aúna teatro y flamenco bajo la dirección de Pedro Gálvez quien apostó por crear dos espacios en el escenario y colocar todo lo negativo, la muerte con un simbólico espejo en la mano o la pareja de guardias civiles, en la parte posterior; mientras que la vida se desarrolló ante el público.
El cantautor Javier Ruibal introdujo al personaje que encarnó David Morales con Canción del contrabandista. Los efectitas juegos de sombras con los que comenzó la representación, la persecución de los guardias civiles al joven que corría con las cajetillas de tabaco amarradas a la cintura cautivaron a más de uno. Así como la música, compuesta por José María Bandera.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de septiembre de 2002