Las aguas del mar de Sicilia se están convirtiendo en un inmenso cementerio para los inmigrantes norteafricanos que pretenden alcanzar las costas de Italia en pateras.El último siniestro se produjo el domingo, cerca de la playa de Scogliotti, a unos 40 kilómetros de Ragusa (sur de Sicilia), cuando 50 jóvenes sin papeles se vieron obligados a saltar de la barca que les había traído desde Túnez y ganar la orilla a nado en medio de fuerte oleaje. Algunos lograron llegar a la playa, pero al menos 14 de ellos se ahogaron a 300 metros de la orilla. La guardia costera recuperó nueve cadáveres, pero avistó al menos cinco más que no pudo recoger.
Trece supervivientes, todos tunecinos, fueron detenidos. La guardia costera detuvo a un miembro de la tripulación, un tunecino de 27 años, que reconoció haber zarpado del puerto de Teloulda (Túnez) el viernes. Algunos supervivientes le acusaron de haberles obligado a lanzarse al agua, pero otros pasajeros admitieron haber saltado de la barca para 'aprovechar' el viaje, por el que habían pagado 700 dólares por cabeza. Hace una semana, otra patera naufragó también al sur de Sicilia, muriendo ahogados 37 inmigrantes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de septiembre de 2002