Sólo tenía 13 años el día que murió Franco, pero los suficientes como para darme perfecta cuenta de que si mis abuelos llevaban viviendo en la Alemania del Este casi 40 años, que los había visto llegar en contadas ocasiones a España, que a las cuatro de la mañana, cuando mi abuelo estaba en España, había gente reunida en mi casa, hablando en voz baja y con patente miedo 'a algo'.
Creo que ocurría algo más, que la simple definición que una voz en off de TVE anunciando la continuacion de su serie Cuéntame..., en la que se limita a definir la situación de esa época como ' ... la España estúpida del franquismo residual'.
Obviamente, lo han conseguido. La ley de punto final ha llegado a su apogeo.
Aquí no ha pasado nada. Sólo una estupidez que, generalizada, se ha mantenido hasta hoy perfectamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de septiembre de 2002