¿Cuánto más tendrá que gritar Yasir Arafat para que el mundo le escuche y acuda en ayuda del pueblo palestino? ¿Pero es que nos hemos quedado sordos ante un SOS de un pueblo al que están a punto de exterminar? ¿O es que se oyen menos los gritos de auxilio de un pueblo que no tiene recursos petrolíferos? Señor Aznar, intermedie, junto con su amigo Bush, para que Sharon respete los derechos fundamentales e indiscutibles que Arafat y su pueblo tienen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de septiembre de 2002