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OPINIÓN DEL LECTOR

Feria de Morón

Torremolinos (Málaga)

La semana pasada estuve en la feria de Morón, el pueblo donde nací. A la ida fui desde Málaga (150 kilómetros), y a la vuelta seguí trayecto a Ronda (menos de 80 Kms.). Como no tengo coche, cogí el autobús (el tren hace años que no llega a Morón). El recorrido hay que hacerlo pasando por Sevilla y cambiando de líneas con sus correspondientes tiempos de espera. En el viaje Málaga-Morón empleé más de cuatro horas y en el de Morón-Ronda, ¡seis horas y media!

Cuando llegué a Ronda me puse a hojear un mapa de carreteras de Andalucía. Lo primero que se percibe es que Morón se ha quedado encajonado entre la A-92 y las montañas de la Serranía de Ronda: El pueblo tiene conexiones hacia el norte, pero está de espaldas al sur.

¿Cómo es posible que las autoridades, locales, provinciales y nacionales (de Andalucía) no se hayan preocupado de mejorar el trayecto Morón-Pruna-Olvera-Setenil-Arriate-Ronda (y el alternativo por Coripe) que enlaza Morón con la Costa del Sol en 125 Kilometros?

¿Y qué decir de la salida de Morón al Valle del Guadalhorce y a Málaga por Almargen y Teba? ¿Y los transportes públicos? Es como el viaje a ninguna parte.

Todas ellas son rutas históricas, milenarias, en las que en parte se asentaba la prosperidad de la población y que desde siempre fueron uno de los enlaces entre Málaga y el valle del Guadalquivir. Hoy día este enlace podría ser igualmente eficiente desde el punto de vista económico.

Hoy, Morón no forma parte ya de esa ruta ni de ninguna ruta (bueno, quizá sea una ruta para Coripe). Es un destino encerrado en sí mismo que, eso sí, atesora notables riquezas etnográficas y socioeconómicas bastante ignoradas y escasamente explotadas.

Y lo peor es que se advierte cierta autocomplacencia en esta soledad, que, aunque sonora, genera un aislamiento ruinoso.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de septiembre de 2002