Como un discreto murciélago sobre el pecho, que emite y recibe ultrasonidos constantemente para poder orientarse, así es el detector del proyecto Movius que sirve de lazarillo para personas ciegas.
El artefacto se basa en los mismos principios que utiliza el sonar de un submarino para orientarse o un murciélago en la oscuridad para volar. Emite un ultrasonido que rebota contra los objetos en su camino y que devuelve un eco por donde había venido, hasta el detector. Con esta información, el cerebro del aparato es capaz de determinar si hay obstáculos delante del ciego, en un campo que llega hasta 1,8 metros de distancia y por encima de 70 centímetros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de septiembre de 2002