La Santa Sede reprochó ayer al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, sus sarcásticos comentarios a propósito de la reciente muerte de inmigrantes clandestinos -en su mayoría liberianos y tunecinos- cuando trataban de alcanzar a nado las costas de Sicilia.
Cuando el pasado viernes le preguntaron a Berlusconi en una rueda de prensa por qué la policía había decidido utilizar embarcaciones a pedales para recoger a las víctimas, Il Cavalieri respondió: 'No ocurre todos los días el que tengan que recoger cuerpos y a veces los pedalós funcionan bien. Los muertos no se han quejado'. Y concluyó: 'A lo mejor ustedes hubieran preferido que los cadáveres hubiesen sido recogidos por un gran barco'.
Sus comentarios fueron inmediatamente criticados por la oposición política italiana y ayer por el L'Osservatore Romano, el diario oficial del Vaticano, que escribe en su editorial: 'A veces las bromas ingeniosas no sólo están fuera de lugar, sino que también son macabras, de mal gusto y ofensivas. Es inconcebible ser irónico sobre los muertos'.
El Gobierno de centroderecha que preside Berlusconi ha endurecido las leyes de inmigración para frenar la avalancha de inmigrantes del Tercer Mundo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de septiembre de 2002