Can Fabra, la que fuera principal industrial textil de Sant Andreu, abrió ayer sus puertas convertida en potente centro cultural de toda Barcelona. Y la población del barrio acudió en masa a celebrar la recuperación de un edificio de tres plantas, con 19 metros de ancho y 71 de longitud en el que se alojan una biblioteca, puntos para cibernautas, salas de conferencias y también el Centro Artístico para los Profesionales de las Artes Escénicas, una decisión tomada tras el acuerdo entre el Ayuntamiento de Barcelona y la Asociación de Actores y Directores Profesionales de Cataluña. El nuevo centro contiene 55.000 documentos, entre los que hay libros, vídeos y discos compactos con música y con imágenes. Incluye, también, el fondo del dramaturgo Ignasi Iglesias, nacido en Sant Andreu, conexión con otras bibliotecas y un fondo de fotografía y tebeos. Además de las publicaciones oficiales, recibirá 250 publicaciones a las que el centro está suscrito.
El edificio se origina en la industria creada por Ferran Puig Gibert en 1838. La hija del fundador se casó con Camil Fabra, cuyo apellido se incorporó a la denominación social en 1903, cuando la entrada de capital inglés en la principal fábrica española de hilo para coser y bordar, convirtió la empresa en Hilaturas Fabra y Coats.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de septiembre de 2002