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COLUMNA

Distancia

¿Qué distancia separa Valencia de Atzeneta del Maestrat? No me refiero a la geografía sino a la distancia moral entre la euforia prefabricada del Palau de Congressos y la emoción de un salón de plenos en el que dimitió toda la corporación: los seis concejales del PP, incluyendo al alcalde, y los tres del PSPV. En coche, el conflicto de Atzeneta se veía venir. La autovía que lleva a Borriol desde Castellón está custodiada por la singular escultura de una estilizada araña de metal. Imposible no echarle un vistazo al oxidado animal. Hace un tiempo, se incorporó al paisaje en ese punto, sobre un paso elevado, esta pancarta: 'Volem institut d'ESO'. Más arriba, cuando la carretera se acerca a Vall d'Alba, hasta el conductor más despistado puede apreciar, por las rotondas recién estrenadas, por las farolas y palmeras de su perfil, por el nuevo instituto y la plaza de toros levantada a su lado, que allí manda alguien que tiene poder (el alcalde, Francisco Martínez, es vicepresidente de la Diputación). Vall d'Alba está mucho más adentro, en la comarca de la Plana Alta, que Borriol, pero mucho más abajo que Atzeneta, ya en L'Alcalatén, y que todos esos pueblos de montaña cuyos adolescentes han de nutrir las aulas de su flamante centro de secundaria. Los supera a todos, eso sí, en las predilecciones del PP. Ahora en Atzeneta también hay pancartas y malestar, como en Els Ports, esa comarca vecina del interior sin padrino porque allí los socialistas siguen en pie. Dice Carlos Fabra, el jefe de la Diputación, que hará una gestora, pero en Atzeneta dimiten hasta los concejales del PP a causa de un conflicto, el de la implantación de la LOGSE, que el primer consejero de Educación de Zaplana, Fernando Villalonga, hace siete años ya se encontró. Y que sigue ahí. Dos legislaturas son una distancia histórica con un poso visible de dejadez. Aunque el presidente interino de la Generalitat, José Luis Olivas, diga en Valencia que en el PP 'no hay corrientes, ni enfrentamientos, ni tensiones', sí que hay distancias. Por ejemplo, los concejales que dimiten en L'Alcalatén están muy lejos de las vergonzosas unanimidades que el presidente del congreso regional, José Joaquín Ripoll, llama 'mayorías importantes' y del plató.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de septiembre de 2002