El Gobierno del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, definió anoche las líneas generales del Presupuesto del año 2003, con una disminución de los impuestos que pagarán los italianos, al mismo tiempo que estableció un recorte importante en el gasto público que se notará en especial en los servicios sanitarios, lo que despertó críticas por parte de la oposición.
La disminución de la presión fiscal tiene como objetivo que el dinero ahorrado por los contribuyentes se traduzca en un aumento del consumo que pueda impulsar la estancada economía italiana, y la lleve a alcanzar un crecimiento del PIB cercano al 2,3% para el año próximo. En este sentido, Berlusconi invitó a los italianos a gastar más, aprovechando el dinero ahorrado en impuestos.
El presupuesto contiene algunas novedades: los empleados que ganen menos de 7.000 euros al año no pagarán impuestos directos, techo que aumentará para los que tengan familiares a su cargo. El ahorro medio de los 28 millones de contribuyentes beneficiados se calcula que será cercano a los 226 euros.
Las pensiones no serán tocadas, se ha congelado la creación de empleo por parte de los entes estatales y, entre los recortes, figuran las curas en los baños termales, lo que despertó protestas por parte del sector turístico, ya afectado por las consecuencias del 11 de septiembre. Los recortes del gasto público serán de 8.000 millones de euros.
Críticas de la oposición
Berlusconi hizo un esfuerzo para poner en claro que pedirá un sacrificio, no a los ciudadanos, sino a los entes locales y a la maquinaria estatal. El líder de los Democráticos de Izquierda, Máximo D'Alema, dijo sentirse "desconcertado" por las declaraciones de Berlusconi, visto que los entes locales son encargados de los servicios sociales y las prestaciones sanitarias.
Entre los puntos que quedan pendientes para hoy figura la transferencia a las regiones del federalismo fiscal, como pide la Liga Norte, y en qué sector político quedan los fondos para el desarrollo del sur del país.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de septiembre de 2002