En deliciosa tarde, como veranillo de san Miguel conocida, salió en Las Ventas una desigual novillada de Pío Tabernero de Vilvis, bien presentada, de juego desigual, y dos sobreros de Navalrosal, el 5º con genio y el 6º encastado.
Quien obtuvo mejores resultados fue Luis González, que se llevó una oreja, tras saludar de rodillas con apuros a su primero a porta gayola, y por una faena templadilla e irregular. Pero gracias a una aparatosa voltereta, cuando se adornaba por manoletinas, y a la efectiva estocada final, se llevó un premio concedido con excesiva facilidad. En su segundo estuvo valiente y guerrero. Le echó coraje.
Jarocho (silencio en ambos) no tuvo mucha suerte. Porfió en su primero, y se le fue su segundo, un novillo encastado y de tranco natural. Y Jesuli de Torrecera (silencio y saludos) manejó con buena voluntad y maneras, capote y muleta en sus dos novillos, y pintó muletazos lucidos en las postrimerías del cuarto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de septiembre de 2002